
Mary Grueso Romero: la primera poeta afro en ingresar a la Academia Colombiana de la Lengua
Un trozo de corvina, ese pescado que no tiene hueso, servido en un plato multicolor y bañado con salsa de mariscos, camarones, piangua y acompañado de dos patacones pintoncitos, ese el Mary Grueso, uno de los platos estrella del restaurante Palafito, un rincón gastronómico en pleno centro de Buenaventura que rinde homenaje a personajes del litoral.
El nombre de la maestra Mary Grueso, una matrona amorosa y hablar cadencioso, por estos días está en boca del país, pues es uno de los nuevos y justos nombramientos en la Academia Colombiana de la Lengua, junto a otras literatas como la lingüista del pueblo indígena misak Bárbara Muelas, traductora de apartes de la Constitución de 1991 al namtrik, nacida en Silvia (Cauca); las escritoras bogotanas Alejandra Jaramillo, Ángela Camargo Uribe y María Clara Ospina, la caleña Carmiña Navia y la nariñense Cecilia Caicedo Jurado. Por primera vez, la Academia incorporó más mujeres que hombres en un mismo año.
Nacida en Guapi (Cauca), pero residenciada hace muchos años en el puerto vallecaucano, la poeta, escritora y narradora oral Mary Grueso (78 años) es la primera mujer afrodescendiente en ocupar un lugar en la institución más antigua de su tipo en América Latina, fundada en 1871: “Este nombramiento me ha llenado el corazón de alegría porque no es lo usual, y para mí es un honor poder hacer parte de ese círculo de la Academia Colombiana de la Lengua, que ha sido un poco cerrado y ya se está abriendo" (en entrevista con el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes).
Una voz desde el litoral
“Mi mamá declamaba ‘A solas’, de Ismael Enrique Arciniegas, cuando estaba haciendo oficio -cuenta Grueso-. Mi papá era contador de historias, narrador oral. Él reunía a los vecinos para contarles historias a la luz de lámparas y velas. En el colegio, mi profesor fue el poeta Luis Ángel Ledesma”.
La autora ha construido su obra a partir de la memoria y la tradición oral del Pacífico colombiano. Esa oralidad heredada se transformó en poesía, en cuentos para niños y en libros que retratan a su comunidad y a sus alumnos: “No estábamos en el aula. Los cuentos de nosotros no estaban en el pénsum educativo. Yo, ante esa necesidad, desde mi óptica de maestra y como hacía poesía, pensé en hacer cuentos para niños”.
Desde sus primeros versos escritos a manera de duelo por la muerte de su esposo, Moisés Zúñiga, hasta su consolidación como una de las voces más representativas de la literatura afrocolombiana, su trayectoria ha estado marcada por una defensa férrea de la identidad negra: “El dolor por la muerte de mi esposo me empujó a escribir. Me levantaba y escribía, y estaba en el baño y llamaba a mis hijos y les decía que cogieran un bolígrafo y les dictaba”.
Así nacieron libros como La muñeca negra, La cucarachita Mandinga, La niña en el espejo y El gran susto de Petronila: “Me inspiran el mar, los peces, los manglares, la gente del Pacífico, el entorno social y cultural, la música, la gastronomía y la medicina tradicional”.
Su obra ha sido reconocida en el país y en el exterior, y La muñeca negra sigue siendo un éxito de ventas desde su publicación, con más de 50.000 ejemplares distribuidos. Su libro más reciente, Agüela se fue la nuna, se ubicó entre los más leídos de Colombia en 2024.
Una vida de resistencia y amor por el lenguaje
Mary Grueso nació el 16 de abril de 1947 en el corregimiento de Chuare Napi, en ese enclave negro de la costa caucana que además posee una de las historias musicales, de narración oral y gastronomía más ricas del país.
Su formación como maestra comenzó a los 28 años, cuando su esposo la matriculó a escondidas en el colegio San José de Guapi. Luego estudió en la Normal La Inmaculada y se licenció en Español y Literatura en la Universidad del Quindío, donde también cursó una especialización en Enseñanza de la Literatura. Años después obtuvo otro título en Lúdica y Recreación para el Desarrollo Cultural y Social.
Fue reconocida en 2010 como la mejor maestra del Valle del Cauca gracias a su proyecto etnoeducativo, que usaba la literatura como herramienta de empoderamiento y representación para estudiantes afrocolombianos. “Necesito que estas nuevas generaciones sean creativas, que a partir de lo que les estamos dejando creen sus propias narrativas, sus propias historias", señaló.
Con su ingreso a la Academia, Mary Grueso aspira a transformar la percepción sobre las variantes lingüísticas regionales y afrocolombianas: “Es muy importante estar ahí porque aporta uno desde lo que es, vive y siente. Soy una mujer de provincia y tenemos nuestras especificidades. El léxico nuestro ha sido muy cuestionado, pero ya desde la Academia, hablando desde adentro, puedo argumentar para que conozcan y entiendan las variantes dialectales que tenemos en este país".
Un paso hacia el centro
La literatura de Mary Grueso es una reivindicación de los saberes y sentires negros. Como ella misma lo ha dicho: “Mi propósito es que nosotros los negros también entremos al núcleo de la poesía universal. Yo hablo del mar, por ejemplo, que no puede estar en la periferia. El mar está en todas partes".
Su obra está cargada de fuerza, ternura y denuncia. Como lo escribió en su poema De dónde vengo:
“Si Dios hubiese nacido aquí, aquí en el litoral,
sentiría hervir la sangre al sonido del tambor,
bailaría currulao con marimba y guasá,
tomaría biche en la fiesta patronal,
sentiría en carne propia la falta de equidad
por ser negro, por ser pobre, y por ser del litoral”.
Ahora Mary Grueso celebra este nuevo capítulo. "Para mí es muy importante este logro, y para la literatura del Pacífico. Es un paso que se ha dado para visibilizarla. Es un paso para que sigan otras y otros ocupando esos espacios y que la literatura del Pacífico se conozca", afirmó en entrevista con El País de Cali.